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martes, agosto 29, 2006
Me gustaría que quien leyera esto, lo hiciera escuchando lo que sigue, no es un video a pesar de tener una ventana...
Sei (Sei) Mono E No Chinkonk
Inicio:
Entre las sombras, el viento no dejaba escuchar el sonido de la evidencia, de la circunstancia, como si fuera poco con una oscuridad tan intensa, no había testimonios de lo que ocurrió, o al menos no podía encontrarlos. Sólo estaban esas pequeñas manchas de sangre en el muro a uno de los costados del callejón, dos manchas, ovaladas pero algo alargadas al mismo tiempo, nada más que eso, eso no me servía de mucho, el callejón era tan frío como frío se había vuelto mi corazón desde hace mucho. El trabajo lo requería, de otra forma nada salía bien al dejarse llevar por sentimentalismos. Con eso y todo, en esa escena había algo más fuerte que mi propia voluntad y frialdad de espíritu, había algo raro, una sensación de que algo superior a mí había pasado por ahí y había cumplido con algún simple trámite suyo y que yo no era más que una hoja empujada por el viento que transitaba el lugar, irrelevante, intrascendente, sin entender nada de nada.
Decidí retirarme de la escena, con lo poco y nada que había recolectado como “evidencia” dando vueltas en mi cabeza. Al dar vuelta la esquina, veo una niña sentada en la vereda con unos ojos tristes y acariciando a un gato callejero. Me llamó la atención que estuviese ahí sola a las 12:40am sentada en la oscuridad, en el frío, fuera de una casa que probablemente no era la suya. Junté algo de sentido común y me le acerqué. “Niña, qué haces aquí a estas horas, dónde vives”. No lo había notado antes, pero el rostro de la niña no miraba con cariño ni con ternura al gato mientras lo acariciaba, de hecho al parecer ni siquiera estaba mirando al gato, sino que al infinito o muy dentro de su mente, recordando algo, sus ojos estaban muy abiertos y sus dientes apretados, tenía miedo. Como la niña no contestó, cambié mis preguntas. “Niña, qué te ha pasado, por qué tienes esa cara, por favor contesta, no tengas miedo”. La niña seguía sin contestar, mientras el viento levantaba una ráfaga que congelaba mis huesos y probablemente los suyos también, pero ella no se inmutaba.
Intenté acercarme más y me agaché para estar a su altura, en ese momento, levantó su rostro rápidamente y me miró, como si de pronto hubiese vuelto a la vida de golpe y estuviera asimilando recién lo vivido en los últimos minutos u horas. Sus ojos estaban aún más abiertos, sus dientes se soltaron y emitió un grito desgarrador que me dejó paralizado, al momento siguiente, reaccioné cuando la vi abrazándome fuertemente y soltando lágrimas de desesperación ahogada durante mucho tiempo. Ahora la lluvia había hecho su entrada y protegí a la niña con mi abrigo mientras todo se empapaba rápidamente. Así me quedé durante un tiempo, protegiendo a la niña de la lluvia y de su propio, y para mí, desconocido temor.
La niña se negaba a contestar cualquier pregunta, incluso referente a su familia u hogar, pero sí hablaba para repetir una y otra vez que tenía frío, mucho frío. Después de todo, no me quedó más opción, junté algo de aire un poco resignado y le dije. “Vendrás conmigo por ahora, no te preocupes, sólo será hasta que me digas cómo encontrar a tu familia”. La niña no se negó, creo que para ella yo era una figura protectora después de algún acontecimiento en el que se sintió completamente sola y desprotegida. Así fue como la llevé a mi casa/oficina, a las 01:52am del día martes 26 de febrero.
El agua obligaba a trabajar rápidamente a los limpiavidrios, las gotas caían en sectores al azar del parabrisas e inmediatamente, justo cuando la visibilidad decaía, los limpiavidrios agrupaban a las gotas y las corrían hacia un lado, luego, lo mismo nuevamente, además de eso, las luces de los postes hacían más visible todo dentro de la cabina del auto para luego desplazarse y dejarlo todo a oscuras nuevamente mientras nos movíamos. Muchos elementos se unían a esa sinfonía de tétrico silencio, interrogantes, oscuridad y miedo. Cada algunos segundos miraba a la niña que iba sentada a mi lado, con el cinturón de seguridad bien puesto, esta tenía las manos apretadas tomando sus piernas, sus ojos no reflejaban emociones y sus dientes estaban nuevamente apretados. No le hice más preguntas ya que seguramente no las respondería de todos modos.
El otro pasajero, sí, éramos tres, era el gato, el gato estaba a los pies de la niña, ella no lo había querido dejar ahí, algo curioso ya que me había parecido que ni siquiera le importaba realmente el gato, pero al parecer me equivoqué. Cada ciertos minutos sus ojos cambiaban de esa expresión vacía a una de ternura, el gato se acariciaba en sus piernas y algunas veces se acostaba como pretendiendo dormir, se lavaba un poco y luego volvía a acariciarse en las piernas de la niña. Yo sólo esperaba que no hiciera sus necesidades en mi auto.
Ya faltaba poco para llegar a destino, pero ahora parecía que nuevamente la niña estaba cayendo en un lugar oscuro, las lágrimas afloraban de sus ojos y apretaba tanto sus manos en sus piernas que parecía que sentía la necesidad de hacerse daño. Lo bueno es que llegaremos pronto, pensaba yo, tal vez necesite dormir un poco y luego podrá hablar conmigo, creo que por mi parte no dormiré esta noche, hay mucho en qué pensar y queda algo de whisky en el minibar.
Estacioné el auto en el garaje y nos bajamos rápidamente y luego nos dirigimos a la entrada de mi casa/oficina. Sabía que adentro habría incluso más frío que afuera, sin duda no sería agradable para la niña, pero creo que en ese momento no podía hacer más por ella. Antes de pasar por la puerta de la casa, la niña no estaba llorando, estaba sonriendo un poco, pero estaba seguro de que no estaba alegre...Simplemente espero que no haya algo mal en su cabeza, que no le haya pasado algo tan malo, necesito hablar con ella rápido, pensé, y en ese mismo momento un extraño escalofrío recorrió todo mi cuerpo y sentí una sensación extraña, de esas que siento cuando hilo muchos cabos sueltos y al momento siguiente, ya estábamos adentro, la niña, el gato y yo.
Decidí retirarme de la escena, con lo poco y nada que había recolectado como “evidencia” dando vueltas en mi cabeza. Al dar vuelta la esquina, veo una niña sentada en la vereda con unos ojos tristes y acariciando a un gato callejero. Me llamó la atención que estuviese ahí sola a las 12:40am sentada en la oscuridad, en el frío, fuera de una casa que probablemente no era la suya. Junté algo de sentido común y me le acerqué. “Niña, qué haces aquí a estas horas, dónde vives”. No lo había notado antes, pero el rostro de la niña no miraba con cariño ni con ternura al gato mientras lo acariciaba, de hecho al parecer ni siquiera estaba mirando al gato, sino que al infinito o muy dentro de su mente, recordando algo, sus ojos estaban muy abiertos y sus dientes apretados, tenía miedo. Como la niña no contestó, cambié mis preguntas. “Niña, qué te ha pasado, por qué tienes esa cara, por favor contesta, no tengas miedo”. La niña seguía sin contestar, mientras el viento levantaba una ráfaga que congelaba mis huesos y probablemente los suyos también, pero ella no se inmutaba.
Intenté acercarme más y me agaché para estar a su altura, en ese momento, levantó su rostro rápidamente y me miró, como si de pronto hubiese vuelto a la vida de golpe y estuviera asimilando recién lo vivido en los últimos minutos u horas. Sus ojos estaban aún más abiertos, sus dientes se soltaron y emitió un grito desgarrador que me dejó paralizado, al momento siguiente, reaccioné cuando la vi abrazándome fuertemente y soltando lágrimas de desesperación ahogada durante mucho tiempo. Ahora la lluvia había hecho su entrada y protegí a la niña con mi abrigo mientras todo se empapaba rápidamente. Así me quedé durante un tiempo, protegiendo a la niña de la lluvia y de su propio, y para mí, desconocido temor.
La niña se negaba a contestar cualquier pregunta, incluso referente a su familia u hogar, pero sí hablaba para repetir una y otra vez que tenía frío, mucho frío. Después de todo, no me quedó más opción, junté algo de aire un poco resignado y le dije. “Vendrás conmigo por ahora, no te preocupes, sólo será hasta que me digas cómo encontrar a tu familia”. La niña no se negó, creo que para ella yo era una figura protectora después de algún acontecimiento en el que se sintió completamente sola y desprotegida. Así fue como la llevé a mi casa/oficina, a las 01:52am del día martes 26 de febrero.
El agua obligaba a trabajar rápidamente a los limpiavidrios, las gotas caían en sectores al azar del parabrisas e inmediatamente, justo cuando la visibilidad decaía, los limpiavidrios agrupaban a las gotas y las corrían hacia un lado, luego, lo mismo nuevamente, además de eso, las luces de los postes hacían más visible todo dentro de la cabina del auto para luego desplazarse y dejarlo todo a oscuras nuevamente mientras nos movíamos. Muchos elementos se unían a esa sinfonía de tétrico silencio, interrogantes, oscuridad y miedo. Cada algunos segundos miraba a la niña que iba sentada a mi lado, con el cinturón de seguridad bien puesto, esta tenía las manos apretadas tomando sus piernas, sus ojos no reflejaban emociones y sus dientes estaban nuevamente apretados. No le hice más preguntas ya que seguramente no las respondería de todos modos.
El otro pasajero, sí, éramos tres, era el gato, el gato estaba a los pies de la niña, ella no lo había querido dejar ahí, algo curioso ya que me había parecido que ni siquiera le importaba realmente el gato, pero al parecer me equivoqué. Cada ciertos minutos sus ojos cambiaban de esa expresión vacía a una de ternura, el gato se acariciaba en sus piernas y algunas veces se acostaba como pretendiendo dormir, se lavaba un poco y luego volvía a acariciarse en las piernas de la niña. Yo sólo esperaba que no hiciera sus necesidades en mi auto.
Ya faltaba poco para llegar a destino, pero ahora parecía que nuevamente la niña estaba cayendo en un lugar oscuro, las lágrimas afloraban de sus ojos y apretaba tanto sus manos en sus piernas que parecía que sentía la necesidad de hacerse daño. Lo bueno es que llegaremos pronto, pensaba yo, tal vez necesite dormir un poco y luego podrá hablar conmigo, creo que por mi parte no dormiré esta noche, hay mucho en qué pensar y queda algo de whisky en el minibar.
Estacioné el auto en el garaje y nos bajamos rápidamente y luego nos dirigimos a la entrada de mi casa/oficina. Sabía que adentro habría incluso más frío que afuera, sin duda no sería agradable para la niña, pero creo que en ese momento no podía hacer más por ella. Antes de pasar por la puerta de la casa, la niña no estaba llorando, estaba sonriendo un poco, pero estaba seguro de que no estaba alegre...Simplemente espero que no haya algo mal en su cabeza, que no le haya pasado algo tan malo, necesito hablar con ella rápido, pensé, y en ese mismo momento un extraño escalofrío recorrió todo mi cuerpo y sentí una sensación extraña, de esas que siento cuando hilo muchos cabos sueltos y al momento siguiente, ya estábamos adentro, la niña, el gato y yo.
20 Comments:
m edejas cn las dosis exacta de incertidumbre y suspenso.
No pude resistirlo, me lenvanté temprano y a l ver que habias escrito me quedé pegada al relato.
lástima no logré oir la música.
un beso.
martes, agosto 29, 2006 6:03:00 a. m.
Me sorprendes!!! , al leerlo, das cuenta que eres una persona mas compleja, eso es lo que creo en mi humilde opinión.
Lo que escribiste, da noción de sensaciones:
En cuanto al frio, la lluvia, no se si me equivoco,te estaras refiriendo a la soledad pero interna, colocas a la lluvia como un balsamo , debe aparecer la lluvia para calmar el dolor...en alguna ocasión... cierto.
Y puede ser y esto si es cosecha de mi parte, que creaste un personaje, especificamente " la niña" a la que le diste expresiones tanto fisicas apretar los dientes, su mirada estraviada en el infinito...
Dichas sensaciones o expresiones fisicas, no corresponde a un niño, salvo que haya vivenciado hechos fuertes,más me parece esa conducta propia de un adulto en crisis.
Bueno mis sinceras felicitaciones; lo otro es sólo un comentario, una observación particular, que puede ser que diste de la realidad.
Para finalizar "observador" me gusto tu cuento o relato.
Que estés bien
martes, agosto 29, 2006 9:01:00 a. m.
perfecto equilibrio en lo narrado, lo he disfrutado mucho
Saludos
martes, agosto 29, 2006 11:50:00 a. m.
Gracias a todos por sus comentarios, me alegra mucho que les haya gustado.
Laura, una pena que no hayas podido escuchar la música.
Mi usuario anónimo, me alegro que te haya causado tantas sensaciones y le hayas dado interpretaciones tan personales, no es realmente importante cual dista o no dista de la realidad, sino que las hayas sentido, me alegro.
Don José Galloso, me alegro que lo disfrutara.
Saludos a todos.
martes, agosto 29, 2006 4:11:00 p. m.
holaaa
pasaba a conocer tu blog y agradecer que hayas pasado por el mio. ahora no pude leer tu post por tiempo pero lo voy a leer lo prometo jajaja
te estare leyendo...
besos
miércoles, agosto 30, 2006 11:47:00 a. m.
Me he quedado alucinada. Con la musica leía y me sentí de repente esa niña asustada y después me volvía gato para más tarde ser incertidumbre.
Me ha encantado. En serio. Espero que haya muchos más de estos!!!!!!!!!
Un besito
Te he enlazado, espero que no te importe, así te tengo fichado ;)
miércoles, agosto 30, 2006 5:00:00 p. m.
Hola Ray:
No pude escuchar la música, podrías ser tan amable de señalarme quien es el compositor y el titulo de dicha canción.
Bueno esa sería mi petición.
Saludos
jueves, agosto 31, 2006 12:06:00 p. m.
El tema se llama Sei (Sei) Mono E No Chinkonk, eso tengo entendido, y el disco donde aparece aparentemente se llama RAID, tengo el disco pero no en forma física por lo que no podría asegurarlo, el compositor no lo conozco.
Aquí deberías poder escuchar el tema al menos...
http://jukeboxalive.com/audio_play_offsite.php?mid=453935
jueves, agosto 31, 2006 3:58:00 p. m.
La otra opción es que te lo envíe de otra forma pero ninguna se me ocurre en este momento...subirlo a algún servidor me sería algo problemático.
Saludos.
jueves, agosto 31, 2006 4:01:00 p. m.
Gracias.
Duda eres de asia, o tienes predilección por los libros, música y su cultura.
Si se puede saber!!!
jueves, agosto 31, 2006 4:07:00 p. m.
Larga historia, pero me encanta su cultura, su historia, la de Japón sobre todo. Pero no, no tengo predilección por su música ni libros, aunque me encanta Yasunari Kawabata, un escritor Japonés ganador del premio Novel, algún día postearé algún fragmento suyo.
Y en música, bueno, he escuchado algo, pero sucedio que justamente ese tema me encantaba para la atmósfera de la escena que imaginaba mientras escribía y quería que ustedes sintieran algo parecido. Saludos.
jueves, agosto 31, 2006 4:29:00 p. m.
No te preucupes ya escuche la música es muy linda, sobretodo el piano.
Saludos
jueves, agosto 31, 2006 4:33:00 p. m.
¡Oh! El relato y la música... todo, no entiendo por qué razón, pero es primera vez que leyendo un blog me encuentro tan compenetrado de pronto!! Tu historia, por favor, debes continuarla, posteo porque estoy nervioso por el hecho de que no la continues!! o perdón, no se que edad tengas, unos 30 supongo, tal vez debería tratarte de "usted" jaaj, tengo 20, ya se que no soy tan joven pero tu pareces alguien de mucha experiencia, perodón, digo, usted parece alguien de mucha experiencia escribiendo ajaj (Como me encantaría ser escritor, trato con mucho respeto a los que escriben). Muchas gracias por idear una historia tan oscuramente hermosa!!
jueves, agosto 31, 2006 9:19:00 p. m.
Bueno bueno, exageras!!.
Para comenzar me tratas de viejo (bueno, no de viejo, 30 es poco) pero tengo 22!!
Y no tengo tanta experiencia, te estás dejando llevar porque seguramente te identificó de alguna manera la historia, eso es todo, seguramente alguna vez pensaste en una escena así o has imaginado muy bien mientras leías la escena y a los personajes. Eso debe ser. De todas formas gracias por tu comentario, voy a olvidar eso de los 30 años jeje.
jueves, agosto 31, 2006 9:24:00 p. m.
Hola Ray:
Es mucha información la que colocaste en recuerdos II, como que pierdes el suspenso de la primera parte, porque uno finalmente se va enterando de todo de manera muy rapida, creo que falto dilatar.
Lo bueno de aquello es que se puede conocer más el personaje principal, por su estrecha relación con el "Tío Jorge".
Le das mas humanidad al relato, no digo que sea malo, pero toma la historia otro rumbo, con más calidez tal vez.
Eso sería
También creo que Diego tiene razón, no tienes 22.
Saludos
viernes, septiembre 01, 2006 8:29:00 a. m.
Bueno, con respecto a la historia, es verdad que se entrega mucha información, pero eso es apenas el principio de lo que tengo pensado y de lo que tengo escrito también, necesitaba entregar esa información, incluso antes de lo que me toma entregarlos lo que llevo escrito de la historia, porque esos capítulos son un resumen de los que tengo escritos, no pensé que sería muy bueno colocar capítulos demasiado largos en el blog. Por otro lado me agrada que hayas visto un lado con más calidez, porque eso quería para ese capítulo. Para la historia que tengo pensada esto es apenas una fracción, de hecho no creo que la coloque toda en el blog, seguramente sólo pondré los primeros capítulos, unos cuantos más probablemente. Bueno, tal vez alcances a notar si coloco algunos capítulos más en el blog y los lees, que aún queda mucha información que se puede entregar y que aún no se sabe nada de nada sobre la trama.
Y lo otro, por favor, no soy un mentiroso ni tengo razones para mentir, tengo 22 años, ni más ni menos, ¿por qué no me crees? de todas formas te repito que no tengo ningún motivo para mentir.
domingo, septiembre 03, 2006 12:02:00 p. m.
Hola Ray:
Esta bien si tu lo dices, la edad a veces no dice mucho.
Es solo un prejuicio que al no poseer mayores antecedentes se esfuma.
Con respecto a la solicitud de Diego prefiero seguir como Usuario Anónimo.
Saludos
domingo, septiembre 03, 2006 9:32:00 p. m.
¿Por qué será que no pareces convencerte del todo?
En fin, lo único que espero de quien escriba y lo mismo que espero de cualquier persona es su honestidad, por eso estoy contento con todos ustedes por aquí, no pido nada más.
Por lo mismo yo entrego lo que pido.
Saludos.
domingo, septiembre 03, 2006 9:59:00 p. m.
Que grave!!!
La honestidad es un valor preciado que trato de practicar en la vida dia a dia.
Supongo que todos aspiramos a ello...
Mentir trae consecuencias poco afortunadas, es una bola que crece y despues es casi imposible detener.
Si es que me dan a elegir, entre decir la verdad o mentir, opto por la verdad; aunque mi verdad puede que no coincida con el resto.
Eso sería
domingo, septiembre 03, 2006 10:44:00 p. m.
"Eso sería."
Jaja, es como para quitarle de golpe la efusividad al asunto ajaj. Disculpa, era para sacarme lo grave ese comentario ^^
No te preocupes de todas formas, me ha parecido que siempre tus comentarios han sido honestos, así que todo bien.
domingo, septiembre 03, 2006 11:07:00 p. m.
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