Despacio, dentro de ese bosque lleno de luz que parecía la esencia de la vida, se movía sin dejar de llorar como si se tratara de empatía con todo lo que estaba cerca de él a cada uno de sus pasos. Lloraba invadido por muchos recuerdos y sentimientos que existían dentro de ese bosque, a cada paso, no dejaban de caer lágrimas de sus ojos, y podía ver muchos momentos vividos por alguna persona en algún otro momento desconocido, lo veía en la luz que colmaba ese bosque, en esa luz que parecía la vida misma y que le mostraba lo que le había entregado a otros mucho antes. A sus pies crecía musgo y plantas con el caer de sus lágrimas, y luego estas se evaporaban transformándose en más luz y en más recuerdos que flotarían ahora para siempre en ese lugar.
A pesar de su lento paso, llegó un momento en que se encontró de frente con un gran árbol al que parecía converger toda la luz del lugar, su verde no era verde, era algo más intenso e indescriptible, el sólo mirarlo le daba a entender que había llegado al final del camino y que podría formar parte de él, o volver sobre sus pasos, llorando por emociones ajenas y propias, para encontrarse nuevamente con quienes no querían que los dejara. Pero quién no escogería formar parte de ese verde intenso, poder recibir toda esa luz, toda esa vida y fundirse con todas esas emociones.
Despacio su forma se fue desvaneciendo, ya ni él mismo recordaba cómo había sido antes, poco a poco ya no era lo que antes de entrar a ese bosque fue, poco a poco formaba parte de algo que nunca terminaría de crecer, de la vida misma tal vez. Ya no recordaba a quienes dejaba atrás, ni a quienes jamás conocería. Otros, más adelante, antes de llegar frente a ese mágico árbol, podrían ver parte de esos recuerdos que él ahora liberaba de sí mismo, otros podrían tal vez sentir lo que él había sentido mientras lentamente caminaban el mismo sendero que él había recorrido. Ahora era parte de todo, era luz, era emociones, era momentos, recuerdos, era sueños.
En algún lugar, había personas sintiendo dolor por alguien que los estaba dejando. Sin saber que ahora esa persona era parte de algo que los envolvía y de lo que algún día, ellos también serían parte.