No quiero que lloren tus hermosos ojos.
-¿Por qué?
Porque el viento que va hacia el este me lo pidió.
-¿Por qué?
Porque cuando lloras y se lleva tus lágrimas se hace tan triste su viaje que cada lugar por el que pasa se llena de sufrimiento.
-¿Por qué se lleva mis lágrimas el viento?
Porque el viento te ama.
-Me ama, ¿como tu?
No, ni siquiera el viento te ama tanto como yo.
-¿Sólo por eso quieres que no llore?
No, el mar también me lo ha pedido.
-¿Por qué?
Porque cuando lloras la marea se hace demasiado fuerte y los barcos no pueden navegar.
-¿Al mar le importa realmente eso?
No, pero te ama tanto que busca excusas para no verte llorar.
-¿Entonces el mar sí me ama tanto como tu?
No, ni siquiera el mar te ama tanto como yo.
-Por el mar y por el viento, ¿por eso quieres que ya no llore?
No, la noche también me lo ha pedido.
-¿La noche?
Si, cuando lloras la noche se hace demasiado oscura y siente miedo de si misma.
-La noche no siente miedo.
Si, porque la noche también te ama y siente pena cuando lloras.
-Entonces la noche sí me ama como tú me amas.
No, ni siquiera la noche te ama tanto como yo te amo.
-Por la noche, el mar y el viento, ¿es por eso que no quieres que llore?
No, yo tampoco quiero que llores.
-¿Por qué?
Porque cuando lloras me siento débil, mis manos pierden su sensibilidad, mis piernas flaquean, mis ojos pierden la capacidad de ver, y cuando eso pasa, no puedo ver tu hermoso rostro, ni caminar a tu lado bajo la lluvia, ni sentir tu mano entre las mías.
-¿Qué pasará si lloro de nuevo?
Entonces te abrazaré muy fuerte, hasta que pierda los sentidos, y cuando eso pase, mi vida se apagará frente al fuego de la tuya.
-Te amo, no quiero que eso pase.
Entonces que tus hermosos ojos…no vuelvan a llorar.